jueves, septiembre 22, 2005

Floreciendo en el desierto

AMAD@S, FROM THE DESERT OF ATACAMA
Es una gran bendición para mi vida saludarles desde el corazón del Desierto Florido, el más árido del mundo, pero que es capaz de generar una especial formación de vida.

Les escribo porque mientras recorría un espectacular Parque Palenteológico, pensé en todas esas bendiciones escondidas en el secreto de Dios y que requieren de nuestra disposición de corazón para ser halladas. La sensación que tuve ayer fue muy emotiva y quizá no todos me entiendan pero resultó muy significativo para mi ver la grandeza de Dios escondida y que recién ahora, después de millones de años se viene a conocer.

Quiero reafirmar a cada uno de ustedes mi cariño, mi amor pastoral y decirles que son tan importantes para mi que necesitaba escribir estas líneas desde Caldera.